La educación no formal tiene un carácter estructurado en objetivos didácticos que complementa a la educación formal. Es una educación abierta y continua que acompaña toda la vida en los procesos integrales del ser humano y que se elige de forma voluntaria. Es una poderosa herramienta de socialización que potencia la capacidad de comunicación en las relaciones humanas. Analiza la realidad y detecta las necesidades de forma rápida y flexible.
La educación no formal fomenta el desarrollo concreto de actitudes y aptitudes, la evolución de nuestras habilidades y talentos. Sus metodologías son participativas se basan en la transmisión de valores y quién recibe la enseñanza marca el camino del aprendizaje.
La educación no formal se desarrolla en espacios diversos y multidisciplinares. Nos permite escoger entre múltiples áreas y ámbitos de realización. Gracias al trabajo de personas, asociaciones, espacios educativos, entidades formativas y administraciones la sociedad se nutre de principios relevantes para la convivencia. Gracias a todas las personas, que se dedican a la labor de la educación y a la transmisión de cultura y valores, nuestra sociedad se transforma.